“Las juntanzas desde el arte nos demuestran cómo adolescentes y jóvenes son actores positivos de cambio para la sociedad, más en nuestro contexto, con esa mezcla fronteriza y catatumbera. A pesar de las condiciones ellas y ellos siguen apoyándose en el arte y la cultura para resistir y alejarse de las dinámicas de violencia que persisten aun en los territorios”, fue la reflexión de Jorge Botello durante el concierto del Festival. 

A medida que caía el sol el rap fue el paisaje sonoro de los cucuteños, quienes se conectaron con las letras de “Todo Copas” con Ángel y Smith, voceros de un legado que echa raíces e inspira desde el Hip Hop, dibujando en el escenario lo que alguna vez Ángel diría en una entrevista para el portal Pacifistas: “A mí la música me ha enseñado, me ha salvado, me tiene acá. Bien es cierto que es muy difícil vivir de esto, uno no puede llegar al joven y decirle: ‘Eh, rap y ya, se le solucionó la vida, va a ser un rapero y va a tener plata y todo’. No, pero si va a encontrar una herramienta para desahogarse…” 

 Colores por la resiliencia de Juan Frío. 

El Hip Hop toma todas las formas, una de ellas es el grafiti, otro de los pilares del “Del Norte Bravos Hijos” que para esta novena versión reuniría a 20 artistas urbanos alrededor de las memorias que evocan los colores y las figuras plasmadas en los murales del Instituto Técnico Agropecuario Juan Frío, en Villa del Rosario. 

El corregimiento de Juan Frío fue declarado en 2013 por la Unidad para las Víctimas como Sujeto de Reparación Colectiva por los hechos sucedidos en septiembre del 2000. Según lo documenta el Centro de Memoria Histórica, “los paramilitares asesinaron a seis habitantes de esta comunidad de Norte de Santander y utilizaron su territorio para instalar unos hornos crematorios en los que desaparecían a sus víctimas”. Sin duda este y otros dolorosos hechos hacen parte de su historia, pero no los define como comunidad, declarándose como un ¡Territorio de paz! 

Al escuchar y comprender que el “parche” de ese sábado y domingo era la resignificación del espacio, los artistas de los sprays y los vinilos comprendieron lo simbólica que sería la jornada de muralismo que daría cierre al tercer y último día del Festival. 

“El contexto en el que nos han puesto es muy interesante, porque nos permite llevar estas formas de expresión a través de la pintura. Que un joven quiera entregar su tiempo y su talento son granitos de arena que van sumando al proceso de memoria, y esto deja frutos, más cuando la comunidad empieza a tener un diálogo con las piezas que se dejan”, manifestó Ricardo Vásquez, “Yuricauno”, artista y jurado invitado al encuentro de muralismo del DNBH. 

El uso del aerosol en territorios donde ha sido más crudo el conflicto armado ha marcado las fachadas de muchos lugares en Colombia, sembrando en los imaginarios que los grafitis solo eran marcas que identificaban a grupos al margen de la ley. Hoy en Juan Frío la historia con las latas de pintura es otra. “Al ver esas paredes en blanco yo muchas veces le dije a los rectores del Colegio que hiciéramos unos murales, bueno, con el Festival se hicieron, quedaron hermosos y cada mural representa algo de la vida de nosotros acá. En especial es muy significativo el que muestra las manos tejiendo y que dice: ‘Con el dolor de nuestro pasado tejemos la verdad de nuestro presente’”, cuenta con alegría Fideligna Gómez Oviedo, lideresa del corregimiento.   

Fue así que, entre reflexiones, expresiones artísticas, muchas emociones y memorias vivas cayó el ocaso ese domingo 20 de noviembre de 2022 y culminó en Juan Frío esta conversa por el derecho a la verdad en los territorios a través del Hip Hop. Detrás de estas dos palabras – Hip Hop – se esconde un océano de historia musical, historias fantasiosas, historias sucedidas, historias oscuras, historias luminosas, historias de guerra, historias de amor y paz. Aquí es donde comienza la magia de las juntazas que deja el Festival Internacional Del Norte bravos hijos. ¡Hasta la 10ma edición! #ElLegadoContinúa.